Aprovechando esta temporada de #semana #santa y #reflexión, tuve muchas preguntas por parte de mi hijo acerca de la #espiritualidad. Me sorprendí mucho de sus peguntas tan profundas y reflexivas. A veces como adultos creemos que hasta cierta edad se tiene la madurez para reflexionar y tener la capacidad para entender ciertas cosas con profundidad. Realmente estaba equivocada, ya que para las cosas espirituales y trascendentales de la vida se necesita una mente limpia e inocente.
Hoy en día se invierte mucho tiempo y dinero intentando encontrar la tan anhelada #paz interior, el #equilibrio y la #felicidad, pero resulta que estamos buscando por fuera lo que cada uno tiene por dentro. Y los #niños sí que saben de esto. A sus cortas edades tienen toda la espiritualidad que se necesita para llegar al cielo y ver a Dios y hablarle como un amigo. Su ternura y limpieza de corazón hace que ellos sean nuestros maestros en el camino de la trascendencia.
Que les parece si aprovechamos un tiempo con nuestros hijos y en vez de enseñarles cosas permitimos que ellos sean nuestros #maestros en el campo #espiritual. Si nos fijamos bien, como adultos, nos hace falta aprender mucho de ellos. Descontaminar nuestro corazón de tantas prevenciones y malas costumbres adquiridas. Aprendamos a ser más inocentes, a no juzgar… ellos no lo hacen. Nosotros somos los que les vamos enseñando a ser prevenidos, a juzgar, a diferenciar entre ricos y pobres, entre clases sociales y religiones.
Es muy raro decir esto pero aprendamos a #desaprender, a darle un reset a nuestra mente y permitir que nuestros pensamientos se descontaminen y a vencer los #paradigmas que vienen con la edad, a des-etiquetar a las personas por su profesión o condición. Fijémonos en la manera tan limpia con la que ellos confían y creen.
Que poderoso y edificador es hacerse como niños… ellos son el punto más alto en #armonía y el modelo perfecto del ser humano. Es un ejercicio muy edificante preguntarle a tu hijo a quien admira, que quiere ser cuando grande, quien es Dios para el, que es amar, que es felicidad. Hacer este ejercicio te llenara de sabiduría, te trasformara el mundo y te dejara una tarea aún más grande… cambiar y ser mejor para tus hijos y las generaciones venideras.
Commentaires